Aquí tenéis otra receta manchega; la hacía mi padre cuando era pastor, ya que se necesitan comidas muy nutritivas para poder soportar el trabajo de todo el día en el campo y con el ganado.
Además, mi madre también la hacía de vez en cuando y nos encantaba; ahora, yo también la hago y a mis hijos la adoran. Espero que a vosotros también os guste porque, a parte de rica, es sencilla y económica.
INGREDIENTES:
-1 kg de patatas
-200 ml de aceite
-2 dientes de ajo
-1/4 ml de leche
-150g de harina
- sal al gusto.
PREPARACIÓN:
Se parten las patatas -en trozos redonditos y finos-, se lavan y se dejan escurrir.
Después, en una sartén con aceite caliente, freímos las patatas y añadimos los ajos, que retiraremos cuando estén dorados.
Mientras, en un bol, ponemos la leche fría con la harina y la deshacemos bien para que no queden grumos. La reservamos.
Después, en una sartén con aceite caliente, freímos las patatas y añadimos los ajos, que retiraremos cuando estén dorados.
Mientras, en un bol, ponemos la leche fría con la harina y la deshacemos bien para que no queden grumos. La reservamos.
A continuación, cuando estén fritas las patatas, añadimos la mezcla de leche e harina y la sal al gusto; le vamos dando vueltas hasta que cuaje y, cuando esté doradita como si fuese una tortilla, la retiramos.
¡Que aproveche!
¡Que aproveche!